DESARROLLO HUMANO
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DESARROLLO HUMANO

Las habilidades para la Vida son comportamientos aprendidos que las personas usan para enfrentar situaciones problemáticas de la vida diaria. Se adquieren a través del aprendizaje y la capacidad de desenvolvimiento, en los diferentes ámbitos o áreas en las que se desempeña la persona, familia y que podemos transferir donde interactuamos.

Por esta razón la educación debe priorizar el desarrollo de las habilidades necesarias para prosperar en la vida y mejorar su bienestar.


La formulación del enfoque o paradigma del desarrollo humano surge a principios de los años 90 como resultado de un proceso de crítica a la economía del desarrollo dominante, que se caracteriza por proponer el crecimiento económico como objetivo; por el contrario, el desarrollo humano afirma que éste no debe ser el objetivo central del desarrollo, sino únicamente uno de sus referentes.

Aunque sus antecedentes pueden situarse muy lejos en el tiempo, los más inmediatos surgen a finales de los años 70, cuando se comprueba que los logros en materia de crecimiento económico no tienen su paralelo en la mejora de los resultados sociales. La reacción crítica se manifestó en diversos frentes: la oit impulsó la consideración del empleo como objetivo fundamental para alcanzar el desarrollo y reducir la pobreza; el propio banco mundial tomó conciencia de la necesidad de emprender medidas dirigidas a garantizar un reparto más equitativo de los beneficios, que se plasmó en la propuesta de “redistribución con crecimiento”, y la escuela de las necesidades básicas planteó la inclusión de objetivos específicos de satisfacción de necesidades en la estrategia del desarrollo, además de los objetivos propios del crecimiento económico (Streeten, 1997).


El enfoque del desarrollo humano cuestiona el que exista una relación directa entre el aumento del ingreso y la ampliación de las opciones que se ofrecen a las personas. No basta con analizar la cantidad, sino que más importante es tener en cuenta la calidad de ese crecimiento. Por eso, no es que muestre desinterés por el crecimiento económico, sino que enfatiza la necesidad de que ese crecimiento debe evaluarse en función de que consiga o no que las personas humanas puedan realizarse cada vez mejor. Así, le preocupa que se establezcan relaciones positivas entre el crecimiento económico y las opciones de las personas (Ul Haq, 1999).


 

Fuentes: https://www.dicc.hegoa.ehu.eus/listar/mostrar/68

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